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Sherezaderías

No llego, no llego...

No llego, no llego... A veces el tiempo es un problema. Claro que sí.

Hay momentos muy delicados para tener prisa.

Responder con prisa al teléfono, cuando uno sale de la ducha, por ej, es muy delicado...uno corre, el jabón resbala, uno se solidariza con el jabón y resbala más...y el suelo, que es antisolidario por naturaleza, nos recuerda lo humanos que somos, y en ropa de ducha, o sea, desnudos, más.

Otro momento delicado siempre es el de la prisa de los camareros...
nunca he entendido esas manías de la gente en apurar a los sufridos camareros, sobre todo cuando van sujetando en precario equilibrio cosas tales como una sopera llena y calentita (el contenido, digo, lo caliente es el contenido, lo lleno, el continente)...

Aunque el momento más delicado para apurar a alguien sea probablemente en el sexo.

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